domingo, 26 de julio de 2020

Una revolución desde adentro (Parte 1)

Entre los fundadores se encuentra Vicente Lombardo Toledano

Grabado: Fundación de la FSM, Taller de Gráfica Popular.




En atención a la celebración del 75 aniversario de la Federación Sindical Mundial se pública la siguiente reflexión esperando contribuya a continuar el mismo camino unitario, clasista e internacionalista que con honor, dignidad y sin concesiones ha seguido la FSM desde 1945. 
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“La tarea que le corresponde al hombre y en la que jamás podrá ser desplazado por la máquina es la de pensar sin ninguna determinación previa. Su libertad esencial consiste en la posibilidad de relacionar pensamientos según su decisión propia.”
Luis Alberto Machado.


El propósito de la breve reflexión es retomar la pauta que ha revolucionado desde adentro a los obreros que entendiéndose como parte de una clase social aprenden a pensar colectivamente y a decidir democráticamente para superar las limitaciones individuales que nos impide comprender a cabalidad el verdadero significado y papel de los sindicatos en la lucha por la eliminación del sistema de trabajo asalariado.


En ese sentido cabe mencionar un par de experiencias, derivado de la Revolución Socialista de Octubre en 1917, con el objetivo de hacer notar lo inútil que es intentar resolver un problema común por cuenta propia con base en un sistema individualista de valores que influye en el pensar y el que hacer de un individuo.

En primer lugar, cabe mencionar la experiencia más importante del sindicalismo moderno el cual es el caso de la clasista, unitaria, democrática, moderna e independiente Federación Sindical Mundial (FSM) que emerge en 1945 como resultado de un torrente revolucionario que derrotó al fascismo Alemán;  además de conservar gran influencia en el movimiento obrero cuenta junto con la Confederación Sindical Internacional (CSI), el mayor exponente del reformismo al interior del movimiento sindical, plenas facultades consultivas ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Algunos de los principales logros de la FSM ante la OIT han sido los grandes avances en las normas internacionales del trabajo con relación a los derechos humanos fundamentales; condiciones de trabajo; seguridad social y derechos particulares referentes a los trabajadores de edad, mujeres, menores, migrantes, indígenas, poblaciones tribales, etc.

Con relación a ésta experiencia considero se debe tomar en cuenta que los principios rectores de la FSM son la expresión concreta de la teoría marxista al interior del movimiento sindical y su capacidad de extraer, combinar y dar sentido a una enorme cantidad de datos sobre las necesidades y demandas de la base de tal modo que le es posible dirigir la lucha por los derechos del trabajo a nivel internacional derivan de la organización y toma de decisiones basado en los principios del centralismo democrático.

De ésta primera experiencia, a diferencia de lo que se promueve en la cultura popular, se infiere que la organización de las masas trabajadoras si ha traído resultados positivos que frente a la restauración del capitalismo y las nuevas condiciones de la dictadura burguesa se consideran auténticas banderas de resistencia activa contra la aplicación de leyes injustas.

No obstante es posible considerar de acuerdo a las circunstancias nacionales que la asociación colectiva de los trabajadores es tan compleja como el funcionamiento simultáneo de computadoras modernas interconectadas para cumplir un fin preestablecido por un grupo de programadores y que, por tanto, es imposible llevar a cabo empresas tan grandes como en otros países, sin embargo esto no es cierto puesto que la FSM es dirigida por personas de carne y hueso, es decir por obreros que decidieron tomar al toro por los cuernos.

En segundo lugar y por lo que se refiere a nuestra intención de lograr recabar, manejar y dar un sentido político a las demandas inmediatas en cualquier lugar donde sea necesario es que se considera necesario revolucionar nuestra inteligencia, lo cual significa aprender a eliminar viejos conceptos, esto es dejar en el pasado lo viejo para aprender lo nuevo. En concreto lo que se debe hacer es suprimir lo obsoleto y conservar lo útil del pensamiento individualista para dar el salto, es decir aprender esta nueva forma de pensar más social. 

Para comprender mejor cómo es esta revolución desde adentro pondré por caso el método usado por Iósif V. Stalin que, según la prestigiosa periodista norteamericana Anna Louise Strong, consiste en “sacar decisiones rápidas de los cerebros de muchas personas. Dicho método Stalin (Stalin's method) es descrito, por Anna, de la siguiente manera:


“La gente soviética tiene una forma de decirlo que suena bastante extraño para los estadounidenses. "Stalin no piensa individualmente", dicen. Es exactamente lo contrario del  “individualismo más grotesco”. Pero lo dicen como el cumplido más alto. Quieren decir que Stalin piensa no sólo con su propio cerebro, sino en consulta con los cerebros de la Academia de Ciencias, los jefes de la industria, el Congreso de Sindicatos, los líderes del Partido. Los científicos utilizan esta forma de pensar; así lo hacen los buenos sindicalistas. No "piensan individualmente"; no se basan en las conclusiones de un solo cerebro. Es una característica muy útil, ya que ningún cerebro humano hoy en día es lo suficientemente grande como para decidir los problemas complejos del mundo. Sólo la combinación de muchos cerebros que piensan juntos, no en conflicto, sino en cooperación, puede manejar con seguridad los problemas de hoy.”[1]

En consecuencia utilizar dicho método contribuye en gran medida a potenciar nuestra capacidad individual al momento de tomar decisiones cruciales, pues solo cuando se construye de manera colectiva el pensamiento es posible concebir y relacionar elementos tan diversos y profundos. Así mismo la unión de diversas personas con puntos de vista distintos que trabajan democráticamente en un mismo sentido tiene mayor posibilidad de encontrar la solución correcta a los problemas que les son comunes. Por consiguiente la complejidad de conquistar la democracia y libertad en el mundo del trabajo y en general encuentran su solución no solo en la nueva forma de pensar más social sino también en la construcción democrática del pensamiento colectivo al momento de tomar decisiones.

En fin, si partimos desde el punto de vista marxista; nos organizamos de acuerdo a los principios del centralismo democrático y, a su vez, aprendemos a sacar decisiones rápidas de los cerebros de muchas personas es factible que no solo se logre cambios positivos al interior del movimiento sindical mexicano, sino también se  asimilen las razones por las cuales se lucha por la paz con justicia social en todo el mundo.

[1] Louise Strong, Anna. The Soviets Expected It. Edit. The Dial Press. New York. 1941. pag. 33.

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