viernes, 4 de junio de 2021

Acerca de Azcatl y la linea de tizatl.

 

Acerca de: Azcatl y la linea de tizatl.

El propósito del blog "Azcatl y la linea de tizatl" es compartir análisis, críticas, reflexiones e iniciar debates acerca de tendencias, coyunturas y demás fenómenos sociales que se suscitan en la palestra de la lucha de clases.

En ese sentido se pretende contribuir con un pensamiento, trazado con tiza (tizatl), a la construcción colectiva de un conocimiento seguro y claro capaz de guiar a toda singular hormiga (Azcatl) roja, sujetada a tierras mexicanas, en su lucha por la vida, el pan y la paz con justicia social porque en nuestra tierra es posible, necesario e inevitable vivir en dignidad.
 
  ¡Es hora de nuevas utopías y rebeldías, todo por la vida, la soberanía y la paz!
 

jueves, 3 de junio de 2021

Capítulo1. ¿Qué es un cuadro político?

 El presente texto forma parte de una obra más grande acerca de la formación de cuadros político, pero a causa de los tiempos y contratiempos se pública de manera provisional para conocer los comentarios, observaciones y crítica de todos los seguidores de éste blog personal.

El indice de dicha obra acerca de la formación de cuadros políticos es la siguiente:

Introducción.

Antecedentes

Capítulo 1. ¿Qué es un cuadro político?

Capítulo 2. Las cualidades de un dirigente.


INTRODUCCIÓN

La finalidad de este escrito es contribuir al esclarecimiento de la cuestión ¿qué es un cuadro político? Debido a que hasta la fecha en diversos textos que abordan el mismo tema solo se limitan a describir el modo en que los cuadros se forman, promocionan y las actividades que realizan. Pero no definen lo que es un cuadro político porque en lugar de buscar la cualidad del concepto restringen la investigación a una descripción superficial de apariencias externas que no profundizan en la esencia del fenómeno, de ahí nuestra ambigua y vaga idea sobre lo que es un cuadro político; lo cual nos impide llegar a comprender las propiedades particulares que distinguen a los integrantes de un cuadro político del resto de las personas afiliadas a una organización política.

Esa ambigüedad y vaguedad oscurece la idea de lo que es un cuadro e impide desplegar en su totalidad su concepto. Por lo tanto, al carecer de una idea clara que sirva de guía para la acción, resulta complejo trazar líneas generales que indiquen por dónde comenzar la formación de un cuadro político, lo que es el principal reflejo de no haber entendido a cabalidad su significado.

Ya precisada la razón que motiva la necesidad de esclarecer la idea de lo qué es un cuadro político, es importante hacer una breve explicación del cómo en la formación política la enseñanza y adiestramiento se volvió un asunto de difícil realización y resultados magros que contrasta con la profesionalización, sistematización y claridad alcanzada en el pasado inmediato.

 En ese sentido expondré brevemente el contexto en el cual  la idea acerca de cuadro político se volvió confusa en México y la razón por la cual éste acontecimiento se relaciona con la disolución del Partido Comunista y la unión soviética, que sistematizaron la experiencia de la lucha de clases y crearon programas especializados e instituciones dedicadas a la formación de cuadros políticos de la clase obrera y campesina. 

 

ANTECEDENTES

Tras la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y desintegración del bloque socialista el mundo se sumió en una profunda crisis económica, política y social de escala global donde los más afectados, a pesar de la resistencia, fueron las masas trabajadoras y los pueblos sometidos al imperio de los monopolios.

A causa de las consecuencias que ocasionó el aparente retroceso de la humanidad se produjeron algunos efectos al interior del movimiento obrero y comunista de todo el mundo como la puesta en duda de la posibilidad de iniciar la construcción del nuevo mundo, lo cual significó un tremendo golpe a la idea de actualmente encontramos en la denominada época de las revoluciones proletarias,  inaugurada con la Revolución Socialista de Octubre en 1917, consecuencia directa de afirmar que el sistema capitalista había alcanzado su fase imperialista, fase superior del capitalismo. En efecto, se puso en duda la posibilidad de acabar con la explotación del hombre por el hombre, de ahí que el nuevo contexto global posterior a las contra-revoluciones de 1989 sea sumamente complejo, y por tanto necesario analizar, para comprender la contracción de las fuerzas revolucionarias del proletariado mundial.

Por lo que se refiere a la particular situación de América del Norte y del singular movimiento comunista mexicano cabe mencionar, a más de un siglo de lucha, que el papel de los Partidos Comunistas ha sido crucial en la consecución de conquistas históricas trascendentales que han permeado y servido de ejemplo para el resto de los movimientos de liberación nacional iberoamericanos. No obstante, el devenir de la historia ha demostrado que el desarrollo tardío del capitalismo en México, a causa de sus particularidades, tuvo sus efectos positivos y negativos en el seno del movimiento obrero al momento de convulsionar el país con la revolución de 1910.

En noviembre de 1919 se funda la sección mexicana de la Internacional Comunista, dirigida por V.I. Lenin, que contribuyó en gran medida a la consecución de los objetivos inmediatos y mediatos de las clases explotadas y oprimidas de América del Norte, Central y del Caribe. Sin embargo, y considerando que la consecución del fin último de toda sección de la Internacional pasaba primero por derrocar el poder capitalista nacional para luego instaurar el poder obrero y socialista, tras 62 años de existencia llegó en 1981 la disolución del histórico Partido Comunista Mexicano, lo cual significó el aniquilamiento del principal garante de la independencia de clase y el inicio del suave tránsito de distintas fuerzas democráticas y progresistas del país hacia una coalición denominada Frente Democrático Nacional que culminó con la fundación del Partido de la Revolución Democrática.

En resumen, la temporal desaparición del epicentro de las convicciones comunistas dejó el campo libre a la demagogia revolucionaria y el oportunismo del Frente Democrático Nacional porque la coalición hizo converger agrupaciones políticas con principios divergentes como la escisión formada al interior del PRI denominada Corriente Democrática, que al fracasar en su lucha contra la nueva visión tecnocrática; las prácticas antidemocráticas y el abandono de los principios nacionalistas y socialdemócratas, y otras organizaciones políticas de izquierda que dejando de lado el ideario revolucionario asumían programas de lucha afines a las posiciones reformistas para hacer frente a la introducción del nuevo modelo de gestión económica Neoliberal en la Constitución.

Es así que la vanguardia de la clase obrera perdió, por un momento de la historia, la brújula y en lugar de apuntar hacia la revolución socialista decidió restaurar la democracia en la república burguesa y así dar inicio a la revolución democrática.

La crisis ideológica, posterior a la disolución de la URSS, provocó en México, entre otras cosas, la igualación de los contenidos programáticos de los partidos políticos al desplazar sus contenidos de los fines a los medios, es decir la estrategia se subordinó a la táctica porque el objetivo estratégico se había puesto en duda con los acontecimientos históricos de fin de siglo.

Por otro lado el abandono de los principios marxistas-leninistas se tradujo en la desaparición del cerebro colectivo de la clase obrera y la ausencia de una organización de vanguardia con presencia nacional causó la clausura temporal de la formación de nuevos cuadros políticos, lo cual profundizó la crisis ideológica del proletariado mexicano.

De manera que en los últimos 40 años y, a pesar, de que el 20 de noviembre de 1994 se lanzó a través del Manifiesto a la clase obrera de México, un llamado a la reconstrucción del Partido Comunista con la intención de reivindicar el legado del histórico PCM fundando en 1919, la crisis política e ideológica causó una ruptura inter-generacional que hasta la fecha sigue causando estragos en la conformación de nuevos cuadros políticos y por tanto un descenso en la capacidad de acción de la clase trabajadora.

En resumen, los acontecimientos nacionales e internacionales de los últimos 40 años determinaron en gran medida la contracción de las fuerzas revolucionarias que ocasionó la fuerte crisis ideológica del movimiento comunista. Hoy en día, sin haber terminado de comprender a cabalidad el concepto de cuadro político que tanto hace falta, se trabaja por consolidar el refundado Partido Comunista de México para acrecentar la capacidad de acción del destacamento mexicano de la clase obrera.

 

LA IDEA DE LOS CUADROS POLÍTICOS

Para empezar a esclarecer la idea acerca de lo que es un cuadro político me gustaría dejar claro que la oscuridad que acompaña a ésta se debe principalmente a la existencia de una falsa idea de lo que en realidad significa porque, en la mayoría de los casos, se posee una ambigua y vaga idea del concepto. Así por ejemplo, cuando se intenta explicar lo que es un cuadro político a través de lo que parece ser y no lo que es, es decir, sus apariencias y no sus cualidades, en realidad solo se hace alusión a personalidades o cualidades propias de personas encargadas de encabezar actividades colectivas ya sean de carácter artístico, deportivo, académico, laboral, político y militar como lo son: la autoridad; presencia; carisma; liderazgo; valores; convicciones; habilidades que posee o técnicas que conoce; etc.

Precisamente cuando no se conoce la esencia del concepto de cuadro político se posee una idea falsa de lo que parece ser el concepto ya que este modo de asimilar una idea se debe a una contradicción entre sus aspectos internos (esencia) y los aspectos exteriores (fenómeno) que solo son ostensibles en la apariencia. Por lo anterior es primordial definir lo que es un cuadro político para superar las falsas ideas producidas por las apariencias y meras descripciones de rasgos externos.

Empezaré por buscar, desde un enfoque historicista, las raíces del concepto de cuadro político, abordando primero el término de cuadro y luego el concepto de lo político. El significado de marco, que es sinónimo de cuadro, entre otras cosas también significa armadura o cerco que rodea a un objeto y sirve para reforzarlo o adornarlo. Entonces, se infiere que el significado de cuadros es el de un conjunto formado por las personas que dirigen un grupo, asociación o una empresa y; también por cuadro se identifica a un conjunto de jefes, oficiales, suboficiales, brigadas, sargentos y cabos de un batallón o regimiento. En suma, un cuadro político es un conjunto de personas que por sus capacidades son elegidos o promovidos para dirigir la organización a la que pertenecen, ya sea de modo democrático o autocrático.

En efecto, las capacidades de las personas que integran un cuadro político los convierte en la columna vertebral de cualquier organización por ser el soporte rígido de la agrupación al ser los primeros en ejecutar y vigilar el cumplimiento de acuerdos, normas establecidas y principios de la organización a causa de su inflexibilidad e iniciativa.

Consideremos ahora que lo político se conecta directamente con la conformación del poder, de acuerdo con Carl Schmitt, es el punto en el que una organización es capaz de convertir su fuerza en una unidad decisiva y soberana capaz de resolver y tomar, por si mismos, una decisión determinante sobre cualquier asunto crítico en cuestión. En otras palabras lo político es la unidad decisiva que integra, en la medida del grado de unión o desunión, la fuerza de una asociación (clase social, sindicato, partido, etc.).

La unidad política es, por su esencia, la unidad decisiva de una fuerza social que tiene autoridad, poder, riqueza e influencia para imponerse sobre los demás o para influir en ellos o en el desarrollo de los hechos; lo cual significa que esta fuerza social se volvió decisiva y por tanto, según Schmitt, se ha convertido en la nueva sustancia de la unidad política. En síntesis la nueva sustancia de la unidad política es una fuerza social a considerar, según su potencia, en la vida pública de la sociedad capitalista.

En cambio si las fuerzas contrarias en los diversos campos “…no son suficientemente fuertes como para impedir una guerra emprendida contra sus intereses y principios entonces está claro que no han alcanzado el punto de lo político… Sean como fueren las cosas, la orientación hacia el posible caso crítico de la lucha efectiva contra enemigo efectivo hace, sí que la unidad política sea necesariamente unidad decisiva para el reagrupamiento amigo-enemigo y entonces es unidad soberana en tal sentido (y no en cualquier sentido absolutista)- o bien que ella no existe para nada… la unidad política es, por su esencia, la unidad decisiva, sin que importe de qué fuerza extrae sus íntimos motivos psíquicos. Ella existe o no. Si existe, es la unidad suprema, o sea la que decide en el caso decisivo”[1].

Carl Schmitt descubrió la esencia de lo político a partir de una distinción originaria básica donde relaciona lo político con la pareja dialéctica de conceptos: amigo-enemigo, porque el significado de la distinción “…es el de indicar el extremo grado de intensidad de una unión o de una separación, de una asociación o de una disociación; ella puede sustituir teórica y prácticamente sin que, al mismo tiempo, deban ser empleadas todas las demás distinciones morales, estéticas, económicas o de otro tipo.”[2]

A fin de aclarar y precisar el concepto añade:

“Enemigo no es el competidor o el adversario en general. Enemigo no es siquiera el adversario privado que nos odia debido a sentimientos de antipatía. Enemigo sólo es un conjunto de hombres que combate, al menos virtualmente, o sea sobre una posibilidad real, y que se contrapone a otro agrupamiento humano del mismo género. Enemigo es sólo el enemigo público.”[3]

Ante esta precisión, desde mi punto de vista, todo agrupamiento humano capaz de influir sobre el desarrollo de cualquier hecho puede ser considerado por cualquier otra fuerza social, que sea parte de la unidad política, un aliado, en la medida que los intereses de cualquier origen encuentren consenso, o enemigo público, si sus intereses resultan antagónicos. De éste modo se puede comprender la igualación de los contenidos programáticos de los partidos políticos, sin embargo ésta forma de concebir la actividad política vacía de toda ética y convicciones el comportamiento político al desplazar sus contenidos de los fines a los medios; lo cual solo sirve para justificar la lógica pragmática de subordinar la estrategia a la táctica.

Por otro lado considero imprescindible comprender la lógica pragmática de la actividad política convencional con la intención de articular estrategias orientadas a superar los vicios y malas prácticas predominantes.

Volviendo al tema que nos ocupa a fin de evitar confusiones e interpretaciones equivocadas, Schmitt, insiste:

“Los conceptos de amigo, enemigo y lucha adquieren su significado real por el hecho de que se refieren de modo específico a la posibilidad real de la eliminación física, sin embargo, la definición aquí dada de lo político no es ni belicista, ni militarías, ni imperialista, ni pacifista.”[4]

De donde concluye:

“El fenómeno de lo político puede ser comprendido solo mediante referencia a la posibilidad real de reagrupamiento amigo-enemigo, prescindiendo de las consecuencias que de ello derivan en cuanto a la valoración religiosa, moral, estética, económica de lo político mismo.”[5]

En consecuencia, lo primordial de la distinción de amigo-enemigo es:

“Lo político puede extraer fuerza de los más diversos sectores de la vida humana, de contraposiciones religiosas, económicas, morales o de otro tipo; no indica, en efecto, un área concreta o particular sino sólo el grado de intensidad de una asociación”[6].

Podemos condensar lo dicho hasta aquí afirmando que para lo político los fines que persiga una agrupación no son relevantes ya que al ser un aspecto externo, más variable y móvil, es solo un fenómeno de lo político. Por el contrario lo que en realidad si es la esencia de lo político por ser un aspecto interno, relativamente estable, es la integración de una unidad decisiva y soberana; por eso se advierte que lo único que importa es sólo el caso de conflicto.

Lo dicho hasta aquí resalta la integración de la unidad decisiva y soberana como un aspecto a considerar al interior de cualquier organización (sindicato, partido, gobierno, etc.) que pretenda enarbolar reivindicaciones e intereses de clase o -de una parte de ella- que da razón de ser a las tareas de cualquier organización como la de generar las condiciones para alcanzar un objetivo estratégico que sirva a los intereses.

De igual suerte ésta idea de lo político no se contrapone al supuesto que considera las ideas, concepciones y teorías engendradas por el régimen económico de la sociedad como una expresión de la actitud de las clases en lucha frente al régimen social, frente al poder del Estado; su actitud frente a la organización de la sociedad civil y la forma de gobierno que se ha formado dentro de la sociedad contemporánea, en una u otra etapa de su evolución[7].

Se puede afirmar que el cuadro político resulta determinante, ya que al ser capaz de integrar la unidad decisiva y soberana de la agrupación a la que pertenezca, es el soporte rígido de la estructura organizativa. En cambio sin la existencia de los cuadros políticos la organización no sería capaz de lograr la unidad política sobre una situación grave y decisiva que pusiera en peligro el desarrollo de un asunto o proceso, el caso de conflicto que advertía Schmitt.

Lo hasta aquí expuesto es suficiente para resolver algunas cuestiones relacionadas con la selección y promoción de miembros de la estructura organizativa para conformar uno o varios cuadros políticos. Pero es insuficiente para garantizar que los miembros de nuevo ingreso se formen de manera adecuada hasta integrar ese soporte rígido y crucial de toda organización.

En resumen, el cuadro político  es una agrupación integrada por personas cuya función es hacer lo necesario para que su grupo, asociación, empresa, institución o clase social a la que pertenece avance hacia una dirección determinada sin desviarse de su camino; ya sea con el propósito de posicionarse o convertirse en la nueva sustancia de la unidad política.

En cuanto a la lucha de clases como motor de la historia los núcleos organizativos que encabezan los cuadros políticos siempre han defendido o luchado por los intereses de las clases sociales, que en el desarrollo histórico de la humanidad se han convertido en la sustancia de la unidad política contemporánea. Por ejemplo, en la actualidad los trabajadores asalariados y capitalistas son las principales clases sociales que en el devenir de la historia actualmente forman parte de la sustancia de la unidad política, ya que el resto de las clases sociales, al no ser esenciales en el modo de producción capitalista, tienden a corresponder en mayor o menor medida con los intereses de alguna de las clases principales.

Por otro lado los cuadros, de acuerdo con la ciencia militar, son conformados por: jefes, oficiales, suboficiales, brigadas, sargentos y cabos de un batallón o regimiento; lo cual pareciera solo relacionarse con la lucha armada prolongada entre fuerzas beligerantes, pero si aceptamos que la guerra solo es la continuación de la política por otros medios y que la guerra no es más que economía concentrada los cuadros políticos son potenciales cuadros militares. En otras palabras cuando las clases sociales en lucha consideran militarizar las fuerzas políticas para alcanzar un objetivo determinado entonces la lucha armada es un acto motivado por intereses de clase.

No olvidemos que en la historia de la humanidad nos encontramos en un momento en el cual la sociedad se encuentra escindida en clases sociales con intereses en permanente conflicto tan irreconciliables que, en un determinado momento, podrían provocar el estallido de una guerra social; el enfrentamiento puede ser armado pero también se manifiesta en aspectos cotidianos de la vida social como: la actividad económica, política e ideológica de un pueblo.

El estallido de la guerra social se da solo bajo ciertas condiciones objetivas y subjetivas porque es un momento en el cual la masa, “con un alto grado de autonomía e iniciativa propia, a veces en consenso con ciertas instituciones (partidos, movimientos, organismos estatales, jerarquías militares, civiles o eclesiásticas), pero muy frecuentemente desbordándolas”[8], ejerce directamente violencia extrema sobre el enemigo de clase.

Los cuadros políticos son un catalizador de las clases sociales capaces de acelerar o frenar la posibilidad de transformar un objetivo en una realidad. Siendo las masas quienes realizan las grandes transformaciones sociales, coexistiendo con el papel crucial de los cuadros en la realización de acciones coherentes, dinámicas y organizadas de las masas.

Si bien el cuadro político es el elemento organizado más consolidado de la masa que se distingue por conjuntar aquellos individuos, que surgidos de la misma clase o ligados a esta, cuentan con un mayor grado de consciencia; por los intereses que impulsan o las reivindicaciones que persiguen. Existe, empero la posibilidad de mantenerse en la espontaneidad y no dar el salto a la esfera política.

En la teoría leninista se consideran espontáneos aquellos planteamientos que no desbordan la esfera económica por solo atender a demandas inmediatas, de orden económico, y se consideran conscientes aquellos planteamientos que, a pesar de surgir en la primera esfera, por su contenido superior dan el salto dialéctico a la esfera política. Este fenómeno social se debe particularmente a que unos son conscientes de las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad y otros que ignorando estas leyes actúan de manera espontanea, porque en realidad desconocen las leyes sociales que rigen sus acciones; es por ello que los primeros pueden articular propuestas políticas que no solo atiendan demandas inmediatas para dar solución a problemas de orden económico, sino también son capaces de plantear soluciones generales de orden político que solucionen de raíz los problemas engendrados por el modo de producción capitalista. Por tanto, consideramos cuadros políticos a quienes a través de sus reivindicaciones e intereses reflejan consciencia del papel histórico y lugar que ocupa la clase social a la que representan en la sociedad capitalista, en caso contrario se podrían llamar cuadros sindicales, estudiantiles, etc. a los cuadros conformados por dirigentes naturales que emergen de los mismos gremios.

Como se afirmó arriba los miembros de un cuadro político se distinguen de la masa por ser intelectuales orgánicos que influyen de manera decisiva en el despertar de la conciencia, sistematización y direccionamiento del pensamiento colectivo conjunto de la sociedad o de una parte de ella. Sin embargo, no todos logran profesionalizarse puesto que solo puede ser alcanzado este nivel de desarrollo político mediante la constante capacitación y participación activa en las diferentes esferas de la actividad económica y política.

El principal órgano dirigente de cualquier clase social son los partidos políticos. Éstos se distinguen del resto de las asociaciones gremiales por ser el elemento organizado y consciente de la clase social a la cual se encuentra ligada y por su capacidad de concentrar a los elementos más avanzados de la sociedad. Su función es concentrar las demandas económicas de los diversos sectores para conformar una política gubernamental coherente con las reivindicaciones que enarbola el partido. En sus programas expresan de manera concreta las reivindicaciones e intereses de la clase que representan y de sus aliados. En consecuencia, los dirigentes naturales o intelectuales orgánicos al asumir de manera voluntaria y consciente un proyecto político superan el carácter espontaneo de sus acciones al hacer coincidir los intereses individuales con las reivindicaciones colectivas de la clase social a la que se encuentra ligado, ya sea del proletariado o de la burguesía.

Lo dicho hasta aquí supone que los individuos que integran los cuadros políticos son personas probadas que, además de tener autoridad para dirigir, han demostrado en momentos decisivos poseer habilidades organizativas y capacidades de mando relacionadas con la elaboración de estrategias, tácticas, coordinación o arte operativo para alcanzar un objetivo determinado. Por esta razón, en la lucha de clases los cuadros, de cualquier clase social, no solo son la piedra angular de todo esfuerzo organizativo y consciente por satisfacer las necesidades físicas y espirituales de la clase a la que pertenecen; sino también para la fundación, crecimiento y desarrollo de toda organización política.

 

NOCIONES SOBRE EL TRABAJO POLÍTICO

A continuación se profundizará en la base de toda la actividad desplegada por los mandos de dirección política con la intención de analizar en otro momento la integración del marco formativo que distingue a los mandos inferiores, medios y superiores de la base social de cualquier estructura organizativa.

El trabajo es la actividad que realiza el humano para transformar la realidad a fin de satisfacer sus necesidades físicas y espirituales, pero el trabajo político se diferencia del resto por ser una actividad de autorrealización que transforma la realidad con la finalidad de materializar los fines inmediatos, mediatos y últimos de alguna de las clases esenciales.

En la actualidad el trabajo político cuenta con cierta experiencia determinada y hábitos junto con modernos instrumentos de trabajo para la autorrealización de los fines espirituales de la sociedad del mismo modo que históricamente la sociedad ha desarrollado progresivamente las fuerzas productivas en ligazón con el desarrollo de la base material y técnica que se disponen para satisfacer las necesidades físicas. El trabajo desplegado en la actividad política también produce distintos resultados según la especial capacidad, habilidad y experiencia de cada persona en la realización de una determinada tarea.

Con relación al nivel de adiestramiento desplegado por las personas al momento de realizar la actividad política puede ser de carácter artesanal o profesional.

·         Artesanal: Se refiere a actividades no previstas, improvisadas con métodos rudimentarios y guiados primordialmente, a través del sentido común, por sentimientos y experiencias heredadas del pasado que se conectan con el conflicto que los reactiva.

 

·         Profesional: se destaca la especialización, pericia, aplicación, seriedad, honradez y eficacia en el desarrollo de una actividad para resolver algo que entraña cierta dificultad. Así mismo la profesionalización demanda ingresos económicos suficientes que permitan al especialista dedicarse de tiempo completo a la actividad que le fue encargada.

 

Toda organización política de largo aliento debe establecer un programa de adiestramiento a fin de profesionalizar la actividad desplegada por aquellos hombres y mujeres capaces de dirigir y organizar con cierta destreza las fuerzas activas y de reserva y a la masa puesta en movimiento.

En efecto, los cuadros políticos tienen entre sus principales misiones la de convertir a su agrupación en una fuerza política capaz de organizar a las masas y dirigirlas sin quedar a la zaga del ritmo de la lucha de clases.

Convertir una asociación en una organización de vanguardia sólo es posible si se cumple en los distintos momentos de relativa calma o algidez en la lucha de clases con las tareas necesarias o determinantes mediante el contacto constante con la base social. Pongamos por caso “…si ya en época de paz mantiene contacto con la masa a movilizar, si observa y conoce los efectivos del movimiento y la organización de que se dispone y sabe crearse puntos de apoyo en los mismos”[9] es más factible que la organización política de vanguardia sea capaz de producir el efecto deseado y generar cierto grado de consenso con la masa social en movimiento.

Antes de finalizar deseo destacar las tareas a desarrollar por los cuadros políticos en tiempos de paz o de relativa calma y en caso de estallar un conflicto social o éste se convierta en una guerra social; porque de ellas depende la efectividad de toda organización al momento de intentar extraer las fuerzas necesarias para volver posible una dirección u orientación política.

Por un lado, y con relación a las tareas realizar en tiempos de paz o relativa calma, se desarrollan actividades de adiestramiento de las fuerzas activas y de reserva; acondicionamiento de las fuerzas (activos, reservas y voluntarios) para su movilización e instrucción de funciones a desempeñar bajo distintos supuestos.

Por otro lado, en caso de estallar un conflicto social o estallar una guerra social se desarrollan las actividades de organizar a las masas movilizadas y conformar el mando de dirigente; incorporar mayores fuerzas al cuerpo de masas en movimiento y de orientación o acompañamiento solidario de las causas sociales.

Tras abordar las cuestiones planteadas sobre la conformación de los cuadros y el tipo de actividades que realizan se obtiene una respuesta integral y clara sobre lo que es un cuadro político. Sin embargo, existe la apremiante necesidad de abordar en lo subsecuente las cuestiones relacionadas al adiestramiento de militantes y selección de candidatos para su posible promoción e incorporación a algún puesto de mando de la estructura jerárquica de la agrupación política (sindicato, partido y otras instituciones).

Finalmente para quienes piensan lo contrario y crean que ésta respuesta es suficiente para resolver el problema que representa la formación de cuadros a mí juicio continuaría sin dar una solución de raíz que sirva de guía en la lucha por la liberación y dignificación del trabajo hasta la consecución del fin último de la humanidad: La liberación y dignificación del ser humano en su integridad.



[1] Carl, Schmitt, El Concepto de lo Político, Folios, Argentina, 1984, p. 16.

[2] Schmitt, Op. Cit., p 23.

[3] Schmitt, Op. Cit., p 25.

[4] Schmitt, Op. Cit., p 30.

[5] Schmitt, Op. Cit., p 32.

[6] Schmitt, Op. Cit., p 35

[7] V. S. Pokrovski, Historia de las ideas políticas, Editorial Grijalbo, México, 1965, p. 17.

[8] Grez-Toso, Sergio (21 de Noviembre de 2009). La guerra social. Rebelión. Mundo. Recuperado el 20  de Mayo de 2020. (https://rebelion.org/la-guerra-social/).

[9] Otto Bauer. Concepto político de cuadro (3 de marzo de 2010). Camino socialista. Actualidad.  Recuperado el 24  de Mayo de 2020. (https://caminosocialista.wordpress.com/2010/03/03/concepto-de-cuadro/)

 

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