jueves, 20 de mayo de 2021

Capítulo 2. LAS CUALIDADES DE UN DIRIGENTE.

 

El presente texto forma parte de una obra más grande acerca de la formación de cuadros político, pero a causa de los tiempos y contratiempos se pública de manera provisional para conocer los comentarios, observaciones y crítica de todos los seguidores de éste blog personal.

LAS CUALIDADES DE UN DIRIGENTE

 Por: Fernando Quezada.

Jesús Santrich y Manuel Marulanda
A continuación en este capítulo nos enfocaremos en los aspectos integrantes del marco formativo de los actores políticos, que forman parte de los mandos medios y superiores de dirección de toda asociación. En ese sentido se resaltaran las cualidades de un dirigente, ya que son las propiedades particulares que distinguen a los integrantes de un cuadro político del resto de las personas afiliadas a una organización.

Así mismo resaltar éstas cualidades responde a la necesidad de profesionalizar la actividad política. Dicha necesidad deriva del grado de complejidad y responsabilidad que resulta tomar decisiones políticas, ya que de ellas depende la continuidad y desarrollo de toda iniciativa colectiva, lo cual conlleva una gran compromiso, porque los errores, en ocasiones difíciles de revertir, pueden producir consecuencias adversas al desarrollo positivo de un grupo o población determinada.

En cuanto a las propiedades particulares o cualidades de un dirigente analizaré las relacionadas con la praxis concebida por K. Marx y F. Engels, puesto que la filosofía del materialismo dialéctico orienta el pensamiento hacía la acción o práctica. En ese sentido la praxis concebida por la teoría marxista es una actitud práctica que quiere superar la mera contemplación del mundo mientras se conserva la teoría filosófica, pero en un plano superior, como es el hecho de llevarla a la práctica.

Para comprender mejor las cualidades de un dirigente relacionadas a la praxis delimitaré un marco formativo que comprende cuatro elementos integrantes. La primera de las cualidades integrantes del marco formativo son los principios filosóficos que cimientan todo pensamiento y por ende toda acción; en segundo lugar los conocimientos teóricos, que funcionan como punto de apoyo; la tercera cualidad es la relacionada al desarrollo de un criterio analítico, crítico y reflexivo propio; y la cuarta cualidad es la toma de decisiones basada en la ciencia para garantizar la concordancia entre lo que se piensa, se dice y se hace en situaciones con cierto grado de incertidumbre.

En conclusión, profundizar en cada uno de los cuatro elementos integrantes del marco formativo de un dirigente refuerza la formación política de los afiliados de base con la intención de convertirlos en candidatos a integrar un cuadro político medio o superior de cualquier institución política.

 

Acerca de los principios


 Che Guevara, V. I. Lenin, K. Marx y Simón Bolivar
En consonancia con lo anterior expuesto sobre el marco formativo de un dirigente iniciaré por el cimiento de todo pensamiento y por ende de toda acción: la filosofía, ya que es la concepción más sistemática, lógica y coherente de la realidad. Lo dicho hasta aquí supone que la filosofía fundamenta el comportamiento de las personas porque es una reflexión de segundo grado de lo que se alcanza a experimentar a través de los sentidos y, por tanto, es un campo del conocimiento que aborda lo imperceptible, o sea los aspectos internos de las cosas, lo esencial. De manera que al reforzar el pensamiento lógico y la sistematización de los conocimientos adquiridos sobre la realidad seremos más congruentes y contaremos con principios más firmes.

Hecha esta salvedad, acerca de los principios, cabe mencionar que las corrientes filosóficas tienen por división fundamental el idealismo y el materialismo. En este caso se propone suscribir el sistema filosófico del materialismo dialéctico por ser una concepción científica e integral del mundo circundante que, por un lado, haya su comprobación en los avances de los distintos campos de la ciencia y, por otro lado, representa, en el desarrollo de la filosofía, un salto cualitativo por haber superado los errores metafísicos, mecanicistas y religiosos de filósofos idealistas y precursores del materialismo filosófico.

Dicho brevemente el materialismo dialéctico es la proposición fundamental en que se ha basado el razonamiento de los grandes intelectuales del proletariado como lo fueron Karl Marx y Friedrich Engels, fundadores del socialismo científico, y otros continuadores que enriquecieron esta moderna concepción de la realidad como V. I. Lenin y A. Gramsci, éste último llegó a sostener que el materialismo dialéctico es la filosofía de la praxis.

En efecto, el moderno pensamiento materialista dialéctico es hasta el momento la elaboración intelectual más sistemática, lógica y congruente del mundo en la historia del pensamiento filosófico y esto precisamente se debe a que “… la dialéctica, es la forma más importante para las modernas ciencias naturales [sociales y humanistas], ya que es la única que nos brinda la analogía, y por lo tanto el método para explicar los procesos de desarrollo en la naturaleza, las concatenaciones en sus rasgos generales y el tránsito de un terreno a otro de investigación”[1].

Sobre éste sistema filosófico es importante señalar que su estudio no solo requiere de orden sino también de disciplina y constancia como cualquier otra ciencia para asimilar a cabalidad lo que es; sus problemas fundamentales; sus diferencias respecto a las demás ciencias; sus problemas centrales y entender lo que son la materia y la conciencia.

Por lo que se refiere a la comprensión de las bases se recomienda comenzar por estudiar las leyes fundamentales de la dialéctica (la ley de la unidad y lucha de contrarios; la ley del paso de los cambios cuantitativos a cualitativos y la ley de la negación de la negación), pues en conjunto revelan los aspectos más importantes y sustanciales del desarrollo y de la unidad del mundo.

Luego para complementar el conocimiento de las leyes de la dialéctica se sugiere continuar con el estudio de las categorías del materialismo dialéctico (causa y efecto; esencia y fenómeno; contenido y forma; singular y universal; posibilidad y realidad; necesidad y casualidad) ya que dichos conceptos reflejan los nexos más generales y esenciales de los objetos y fenómenos de la mundo.

Por último y de acuerdo con lo anterior las leyes son el cimiento y las categorías el punto de apoyo de la teoría marxista del conocimiento que de igual modo nos ayuda a comprender el papel de la práctica y otras cuestiones relacionadas con la verdad.

En definitiva, al escribir acerca de los principios se esclarece en el desarrollo el motivo por el cual los principios filosóficos que cimientan todo pensamiento y por ende toda acción son considerados parte integrante del marco formativo de un dirigente. Sin embargo, la decisión de que corriente filosófica se va a suscribir al final de cuentas es una decisión personal.

 

Sobre los conocimientos teóricos

Tras exponer el tema de los principios el siguiente punto por abordar es lo relacionado a los conocimientos teóricos, el segundo elemento del marco formativo de un dirigente, que en términos generales funcionan como puntos de apoyo del pensamiento, ya que no puede haber política sin cultura pues, como afirmó el antropólogo social Héctor Díaz Polanco: toda acción cultural termina en acción política.

Con respecto a los conocimientos teóricos nos centraremos en la teoría cimentada en la ciencia filosófica del materialismo dialéctico, pues su carácter historicista es un punto de vista que aborda el estudio de cualquier fenómeno desde la situación histórica concreta con el cual este fenómeno se encuentra ligado; lo cual permite refutar todo falseamiento de la realidad, eso es todo enfoque tendencioso de los hechos del pasado fuera e independientemente de las condiciones históricas concretas en que tuvieron lugar[2].

En efecto el historicismo permite la existencia y desarrollo de la ciencia de la historia que estudia los objetos, sucesos y fenómenos en su proceso de nacimiento, desarrollo y muerte en relación con las condiciones históricas concretas que los han engendrado[3].

Lo dicho hasta aquí supone la existencia de un conocimiento basado en el método dialéctico marxista que se distingue del resto por ser historicista, lo cual nos permite distinguir los estudios correctos y objetivos de la realidad de los que a pesar de hacer aportes basados en otras teorías científicas y otros métodos de investigación no logran más que aportar conclusiones tendenciosas y datos, en ocasiones útiles, sobre el objeto de investigación.

En concreto las obras completas de K. Marx y F. Engels se consideran la referencia primigenia del historicismo y, por enriquecer la ciencia de la historia, se incluyen de manera similar a esta consideración los trabajos escritos por V. I. Lenin porque las obras clásicas de estos tres gigantes del pensamiento no solo marcan un hito en la historia por sintetizar las ideas más avanzadas del siglo XIX en su moderna concepción materialista de la historia, sino también por su crítica a los aspectos centrales de la economía política clásica y por dotar al pensamiento socialista de un carácter científico; lo cual convierte sus obras completas en modelos teóricos dignos de estudiar e imitar, solo aquello que hoy resulta aprovechable y sin llevar la imitación a sus últimas consecuencias, para dar una explicación objetiva y racional del universo.

No obstante se podría pensar que lo dicho hasta aquí excluye a otros libres pensadores pero en realidad solo se está delimitando las principales fuentes y partes integrantes del marxismo contemporáneo, nombrado marxismo-leninismo, y señalando la importancia de su estudio para distinguir aquellas posturas que no hacen más que tergiversar o revisar de manera tendenciosa las tesis centrales de la teoría basada en la ciencia filosófica del materialismo dialéctico.

 Hecha esta salvedad, no se puede hacer caso omiso al hecho de que en la actualidad el pensamiento socialista es un universo sumamente basto donde encontramos ideas progresistas, democráticas y libertarias de aquellas personalidades o colectivos que guiaron las luchas de los pueblos contra las causas de la desigualdad económica y social que tanto los han perjudicado; pues, parafraseando a José de Molina, solo cuando seamos defensores de las energías espirituales de nuestro pueblo seremos dueños de nuestro futuro y pensaremos por nosotros mismos.

 De igual modo es preciso mencionar algunos de los considerados como precursores de la lucha por la emancipación de los explotados y oprimidos de México como: Ricardo Flores Magón, Emiliano Zapata, Francisco Villa, Práxides Guerrero, etc.

Por consiguiente, es importante estudiar las ideas de los precursores de la lucha de clases y del movimiento comunista de cada pueblo para la construcción de un pensamiento colectivo que explique a cabalidad la situación histórica concreta de cada nación.

Aunque en el mundo han ido en aumento el número de teóricos de corte socialista no todos son continuadores de la teoría marxista porque de uno u otro modo se ha demostrado en la práctica el carácter seudocientífico de su concepción del mundo; por tal motivo no todos los dirigentes, surgidos al calor de la lucha de clases, se consideran de manera unánime parte de los precursores o sucesores del socialismo científico pero si  son considerados pensadores socialistas.

Ahora mencionemos algunos de los dirigentes comunistas que por abordar con coherencia diversos problemas desde un enfoque materialista dialéctico contribuyeron al enriquecimiento de esta ciencia, algunos de estos referentes son: Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht, August Bebel, Clara Zetkin, I. V. Stalin, Antonio Gramsci, Alexandra Kollontai, Ho Chi Minh, Georgi Dimitrov, José Mariátegui, Luis Emilio Recabarren, Mao ZeDong, Marien Ngouabi, Siad Barre, Haile Selassie, Agostinho Neto, José Díaz, Fidel Castro, Ernesto Guevara, Salvador Allende, Manuel Marulanda, Rodney Arismendi, Elí de Gortari, Mario de la Cueva, Arturo Gámiz, Edwald V. Iliénkov, etc.

Volviendo al tema que nos ocupa cabe señalar que la unidad teórica del marxismo-leninismo es monolítica porque el conjunto de conocimientos basados en el método dialéctico materialista actúan como puntos de apoyo interrelacionados que, a su vez, con el estudio objetivo y racional de la realidad concreta nos guían en la transformación de nuestro entorno natural y social. De manera que la forma adecuada de dotar un soporte teórico sólido al marco formativo de un dirigente es a partir del estudio de los procesos históricos de la humanidad que han sido analizados con base en la ciencia filosófica del materialismo dialéctico.

Si bien, por un lado, la ciencia de la historia es un bien común producto de la concepción científica de la realidad que ha alcanzado la humanidad a través del progreso científico y tecnológico, por otro lado, la memoria histórica nos remite a todas las personas que de algún modo han buscado eliminar de raíz las diferencias de clase para acabar con la desigualdad que divide a la sociedad. De manera que solo queda subrayar que así como en la guerra es imprescindible la técnica militar no puede haber política sin cultura, pues, como se afirmó arriba, toda acción cultural termina en acción política[4].

 

CON RELACIÓN AL CRITERIO

Karl. Marx, Che Guevara, Fidel Castro y Sub. Marcos
Llegado a este punto se han esclarecido las razones por las cuales tanto los principios como los conocimientos teóricos se consideran puntos de apoyo del marco formativo de un dirigente, ya que no sólo son un soporte solido para el mismo; sino también porque contribuyen, de manera decisiva, en la formación de un criterio propio capaz de distinguir entre las interpretaciones tendenciosas de la realidad y las que se esfuerzan por interpretar la realidad tal cual es; es decir: sin aditamentos.

Con esto quiero decir que al momento de someter a juicio algo que requiere de análisis y crítica las personas utilizan los conocimientos almacenados en el pensamiento para formarse un criterio. Es por ello que el criterio no solo es ese conjunto de reglas conforme a las cuales establecemos un juicio o tomamos una determinación sino que en realidad es el principio que se impone o se adopta para dirigir la conducta o la correcta realización de una acción o el correcto desarrollo de una actividad.

Para dar forma a un criterio propio se debe considerar fortalecer nuestro pensamiento ejercitando nuestras habilidades reflexivas de análisis y crítica con las herramientas que proporciona el materialismo dialéctico y las ciencias en general. De esta manera pulimos nuestro criterio al dar una opinión sobre el punto crítico en cuestión, en otras palabras: la congruencia de nuestra opinión depende de que tan lógico, sistemático y coherente sea nuestro pensamiento al intentar interpretar la realidad. De lo anterior se infiere que la ciencia filosófica y la teoría producida a partir de esta son las herramientas adecuadas para fortalecer nuestro pensamiento, lo cual no excluye los conocimientos especializados que también son de suma importancia para comprender a detalle lo esencial de las singularidades de los fenómenos naturales y sociales.

Como se dijo arriba el criterio es un principio que se impone o se adopta al momento de realizar una consideración de algo con atención y detenimiento para estudiarlo o comprender bien, lo cual enseguida nos obliga a profundizar en el significado de ambos momentos en el proceso de formación de un criterio propio.

Respecto al primer momento en el cual la realidad impone por principio en nuestro pensamiento las ideas que tienen aceptación y fama entre la mayoría de la gente perteneciente a una comunidad o grupo mayoritario es necesario recalcar que el origen de ese conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etc. se extrae de la cultura popular que pertenece a un pueblo o tiene su origen en él. De ahí que mientras se lleva a cabo la construcción colectiva del pensamiento individual de manera inconsciente la realidad hace valer la autoridad de las circunstancias, de un lugar y momento histórico determinado, que influyen en el proceso de instrucción y adiestramiento de las personas, lo cual forma una idea determinada de la realidad que se sustenta en la cultura popular y el folklore: el sentido común.

Con relación al segundo momento cabe mencionar que la adopción de nuevos principios es necesariamente una acción consciente consistente en asumir como propio ideas que no formaban parte de nuestro pensamiento y que busca transformar esa concepción disgregada, incoherente e incongruente de la realidad basada en el sentido común. En ese sentido lo que se pretende adoptar es ese conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo que permiten aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formar una idea determinada más elaborada de la realidad: la filosofía.

Lo anterior dicho no quiere decir que el primer y segundo momento se desarrollen de manera mecánica y excluyente, sino que ambas situaciones coexisten en el pensamiento de manera dialéctica y que la posibilidad de que prevalezca un pensamiento basado en la ciencia y no en el sentido común depende del tiempo que se dedique a dicho trabajo intelectual.

En efecto al iniciar el proceso de formación de un criterio propio es claro que nuestro punto de partida es el sentido común desde el cual al ubicar nuestra posición en el mundo nos podemos aproximar al despertar de la conciencia, es decir, nos pone en mejores condiciones de forjar una identidad  propia y fijar frente a la vida una posición basada en la ciencia.

 

EN CUANTO A LAS DECISIONES BASADAS EN LA CIENCIA

Otro rasgo del marco formativo de un dirigente es el relacionado a las determinaciones, pues saber tomar decisiones con base en la ciencia disminuye los riesgos o probabilidades de fracaso y garantiza la concordancia entre lo que se piensa, se dice y se hace en situaciones con cierto grado de incertidumbre.

De igual modo el proceso que conlleva tomar decisiones con cierto grado de incertidumbre, a diferencia de las elecciones cotidianas de rutina, es complejo. La complejidad de este proceso aumenta en función del mayor grado de incertidumbre que genere atender un caso concreto, lo cual significa que entre menos control de las circunstancias que rodean una situación más son las variables y condiciones por analizar para encontrar una solución al conflicto o resolución al caso en cuestión. Por ejemplo, cuando se analiza un fenómeno social sin considerar la teoría de la lucha de clases suelen generarse confusiones en la interpretación del desarrollo histórico y contemporáneo de asuntos de orden económico, político, cultural y social. Es por esto que resulta conveniente subrayar la importancia de contar con un criterio claro y basado en la ciencia para dar solución o respuesta a un problema, una dificultad o una duda, ya que no hacerlo de este modo aumenta el riesgo de consecuencias no deseadas en las operaciones acordadas de cualquier individuo u organización.

Si bien las decisiones se pueden tomar de manera preventiva o reactiva para alcanzar un fin determinado o evitar un daño, un riesgo o un peligro, lo cierto es que entre más preparación y precauciones se tomen con anticipación nuestra respuesta al caso crítico tenderá a ser más racional y menos impulsiva. Precisamente la omisión de aspectos sustanciales nos arroja a un camino de interpretaciones a críticas que solo tergiversan la realidad. De ahí que no sea sencillo elegir de entre varias opciones la determinación correcta para intervenir en la resolución de un caso concreto y determinado por un contexto, pues si no contamos con el punto de vista adecuado difícilmente tendremos los resultados esperados.

Es por ello que si aceptamos que la ciencia significa considerar el conjunto de conocimientos objetivos y verificables mediante la observación y experimentación que revela la esencia de los fenómenos sociales y naturales; entonces cuando basamos nuestras decisiones y actos en un pensamiento científico para delimitar y definir un problema de tal modo que sea posible identificar sus raíces, desenvolvimiento, alcance y repercusiones no estamos haciendo otra cosa más que atender a la verdad puesto que la ciencia delata la verdad de las cosas y nos libra de los engaños que de ellas pudiéramos tener (a causa de las apariencias, o sea sus manifestaciones). En resumen, solo mediante el método científico es posible discernir entre la diversidad de juicios que se postulan como solución. De modo que adoptar una determinación basada en la ciencia significa elegir la mejor opción posible para resolver el asunto crítico en cuestión.

Por último, cuando al interior de una agrupación política el grupo dirigente o algún liderazgo se preocupa por construir la unidad ideológica y de acción basándose en la /ciencia el funcionamiento y desarrollo de la organización puede llegar a ser capaz de comprender las necesidades, atender las demandas y reflejar los anhelos de los miembros de la agrupación en un proyecto o programa político y, en la medida que se resuelvan los problemas de comunicación entre la base y la cúpula, también es más factible dar orden, lógica y congruencia al conjunto de ideas difusas de una comunidad como para intentar organizar la diversidad de opiniones de una colectividad en una dirección; lo cual agiliza la toma de decisiones ya que dota de coherencia y adaptabilidad táctica a toda la asociación.

En conclusión, basarnos en la ciencia al momento de tomar decisiones e intentar afrontar una situación, circunstancia u obstáculo difícil de resolver o superar nos da mayores posibilidades de acertar y analizar adecuadamente las consecuencias de las determinaciones adoptadas por un individuo u organización política.



[1] Federico Engels, Antidühring, Ediciones de Cultura Popular, México, 1980, pag. 319.

[2] M. Rosental y P. Iudin. Traducido del ruso por M. B. Dalmacio. Diccionario filosófico marxista. Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1946. Pag. 139. (https://www.filosofia.org/urss/img/1946dfm.pdf)  

[3] Ibídem. Pag. 139.

[4] Díaz Polanco, Héctor (27 de Agosto de 2019). No puede haber política sin cultura. Cuba Socialista, Revista cuatrimestral teórica y política del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Dossier. Recuperado el 20 de agosto de 2020. (https://t.co/jEg6C1skqO?amp=1)

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